‘Porque lo decimos nosotros’: Estados Unidos y la seguridad internacional

Crédito da foto: Scott Nelson/Getty Images

Por Ingrid Lorena Ortega Purmann*

¿Cómo podemos entender el rol estadounidense en la llamada Guerra contra el terrorismo? Si bien no es noticia que Estados Unidos se ha colocado como principal interventor global en cuestiones de seguridad internacional, podemos entender esta “necesidad” de colocarse como líder en el Sistema Internacional desde el primer momento en que se independiza, allá por 1776.

Los llamados “Padres Fundadores” y el Destino Manifiesto juegan un papel central para la caracterización de Estados Unidos. La creación de un mito nacional en la cual Estados Unidos se consagra como la nación elegida por Dios para guiar al resto del planeta entra en consonancia con la idea de los líderes políticos de la época independentista, que establecieron las bases para este status moral otorgado a Estados Unidos para promover, más tarde, su participación en el plano internacional como principal responsable e interventor global; estableciendo esta necesidad de expandir el ideal democrático y justificando posibles vulneraciones a la legislación internacional.

De esta manera, la identidad internacional de Estados Unidos se caracteriza por ser teológica, es decir, con convicciones fuertemente enlazadas a la divinidad y la superioridad moral. La nación elegida por Dios deberá, entonces, estar representada por presidentes capaces de cumplir estos designios divinos sobre la tierra. La propagación de sus propios principios y valores a escala mundial forman parte de una historia en la cual Estados Unidos entenderá como enemigos a los Estados que no cumplan con alguno de estos principios cristianos y/o democráticos.

El ‘Mito Nacional’ y la seguridad internacional

Desde el ámbito de la seguridad internacional ¿Qué sucede cuando aparece un Estado con estas características en el sistema internacional? Para ello, la política exterior estadounidense se encargará de lidiar con los “enemigos” de la seguridad internacional durante la Guerra Fría a partir de dos grandes políticas: la de contención y la seguridad colectiva.

La política de contención surge durante la Guerra Fría, bajo el mandato de Truman (1945-1953). La idea aquí es “contener” el avance comunista internacional, y colocar a la Unión Soviética como el principal enemigo a ser derrotado, ya que representa una amenaza a la expansión de los ideales estadounidenses.

En 1947-1948, existen dos puntos clave para la seguridad en Estados Unidos. La promulgación del The National Security Act, un acta que reorganizó la Política Exterior estadounidense y la integró a la política interna y militar. Creó diversas instituciones de cuño militar como el Consejo de Seguridad Nacional y la Agencia Central de Inteligencia. Esta ideología permitió el expansionismo norteamericano bajo el prisma de la democracia y de la libertad propia de Estados Unidos; al pasar al segundo plano, el de la seguridad colectiva, esta ideología estadounidense termina de imponerse sobre la influencia de la Unión Soviética.

La política de seguridad colectiva surge bajo el Tratado de Asistencia Recíproca, TIAR. Este tratado propuso el desarrollo de un programa de cooperación militar interamericano, donde Estados Unidos se comprometía a brindar asistencia técnica, económica y militar a los países asignatarios del continente americano. Una vez que se disuelve la Unión Soviética, comienzan a ampliarse las percepciones sobre amenazas a la seguridad y con ella, se busca expandir (aún más) la cultura política estadounidense: la libertad, la justicia, la democracia, la prosperidad y, sobre todo, el prestigio y la promoción de esta ideología nacional.

War on Terror y el 11-S

Tengamos en cuenta que existen bases previas a la “Guerra contra el Terrorismo” establecida a partir del 2001. En la década de 1990, Estados Unidos miraba con “gran preocupación” hacia Sudamérica, principalmente a Colombia (por la existencia de los “guerrilleros” y el tráfico de drogas) y la Triple Frontera compartida entre Argentina, Brasil y Paraguay, debido a los atentados ocurridos en Argentina en 1992 y 1994.

Los atentados del 2001 al World Trade Center y al Pentágono obligaron a Estados Unidos a iniciar un proceso (acelerado) de securitización del terrorismo internacional. En este ámbito surgió una tercera política: la seguridad preventiva. Estados Unidos busca establecer acciones políticas y militares contra “posibles amenazas”, es decir, Estados vistos como “hostiles” o Estados que actúan de safe heavens terroristas, en esta línea, Estados Unidos también involucrará al Crimen Organizado Internacional como principal financiador de actividades terroristas. De esta manera, el 06 de Octubre del 2001 se lanza oficialmente War on terror o “Guerra contra el Terror”.

¿Cómo prepararse y detener “a tiempo” a estos terroristas? ¿Qué es un acto terrorista? ¿Cómo podemos caracterizar a una persona como terrorista? La realidad de la seguridad preventiva es que Estados Unidos se lanza a través de una política que no establece un enemigo concretamente definido, pero utilizará otros medios para poder definirlos: el discurso. La supuesta detención de armas de destrucción masiva, Estados que no representan o no respetan los principios y valores estadounidenses y ciertas comunidades inmigrantes constituirán las principales amenazas que Estados Unidos debe enfrentar.

La utilización del discurso será clave para el nuevo panorama de la seguridad internacional: un discurso prácticamente xenofóbico, un enemigo no definido y la “unión” internacional contra la lucha anti-terrorista serán los elementos clave para convencer a otros Estados a sumarse contra el terrorismo internacional. Este método se regirá por nuevas asociaciones e innovaciones militares y tecnológicas, que incluyen la recopilación y análisis de inteligencia.

En este sentido, se crean y mejoran canales de discurso para hablar sobre el terrorismo internacional, tales como Patterns of Global Terrorism, Foreign Terrorist Organizations, expresiones oficiales desde el gobierno (The White House) como así también el Comité Intercamericano contra el Terrorismo (CICTE), dependiente de la Organización de los Estados Americanos (OEA). En última instancia, también se utilizará al Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) para promover la penalización del lavado de activos para financiación terrorista y el crimen organizado.

La acusación formal a Osama Bin Laden por los atentados del 11 de Septiembre, terminó de acentuar esta lucha internacional del “Bien” contra el “Mal”. Se tornó necesario fomentar el pánico y difamar a la comunidad árabe para poder darle una “cara” al nuevo enemigo a ser derrotado. Esta Guerra contra el Terrorismo servirá, entonces, para atacar a países árabes y establecer un cierto control sobre fuentes petrolíferas y comunidades árabes en el continente americano.

La existencia de comunidades árabes y el crimen organizado constituyen, en la actualidad, dos elementos clave para el establecimiento de la “Guerra contra el terrorismo” fuera de Medio Oriente. En esta línea podemos identificar la presencia de Estados Unidos en la zona de la Triple Frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay en materia de seguridad internacional. Esta región pasará de ser un sitio “alejado” de esta problemática (hasta 1992) y se convertirá en una de las zonas que busca discursar y establecer mecanismos de cooperación y diálogo sobre la lucha anti-terrorista. Y esta lucha anti-terrorista no se dará sin el apoyo e intervención de Estados Unidos, tanto por pronunciaciones oficiales como también de la creación del “3+1” (Argentina, Brasil, Paraguay “más” Estados Unidos) y la realización de eventos internacionales que buscan discursar sobre esta temática.

 

* Ingrid Lorena Ortega Purmann é mestranda no Programa de Pós-Graduação Integração Contemporânea de América Latina (PPG-ICAL), da Universidade Federal da Integração Latino-Americana, e bacharel em Relações Internacionais e Integração pela mesma instituição.

** Recebido em 9 dez. 2019.

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